lunes, 22 de junio de 2009

EL PLAN BOLONIA


¿Qué sabemos de Bolonia?
El plan Bolonia, que reformará significativamente la Educación Superior de nuestro país, está al caer. Las universidades comienzan a hacer los primeros cambios para adaptarse al modelo europeo mientras se suceden las protestas de jóvenes estudiantes que ven en este plan un retroceso. Sin embargo ¿hay realmente motivos para oponerse o es todo su fruto del desconocimiento.
Por Conchita REQUERO
Recientemente, aparecía en los medios que varias universidades gallegas (la de Santiago, la de Vigo y la de La Coruña) se despiden de los exámenes de septiembre, demostrando así que comienzan a dar los primeros pasos para adaptarse al Plan Bolonia. De esta forma, los alumnos con alguna asignatura suspensa tendrán que examinarse en julio y contarán con un mes de vacaciones después de estos exámenes hasta que comiencen las clases en septiembre. Así pues, la cuenta atrás para implantar el Plan está en marcha y para 2010 tendrá que estar funcionando de forma definitiva en todas las universidades españolas. Pero parece que no todos saben en qué consiste el Plan Bolonia, ni qué cambios pretende acometer. Muestra de ello son las numerosas protestas que saltan a los medios a manos de los jóvenes universitarios. Para aclarar las muchas dudas que pueden surgir en torno a este tema, Paloma Puente, Coordinadora Técnica de la Universidad Internacional de la Rioja, nos cuenta con detalle en qué consiste el Plan.
Un plan para toda Europa En primer lugar, conviene saber qué es lo que pretende llevarse a cabo y qué motivó diseñarlo. Paloma Puente nos cuenta: “El Plan Bolonia (1999) es un acuerdo que firmaron los ministros de educación de 29 países europeos para conseguir un Espacio Europeo de Educación Superior común (EEES). Dicho plan quiere unificar todas las titulaciones europeas para facilitar de esta manera la movilidad de profesores y alumnos. La enseñanza se centrará en el aprendizaje del alumno, lo cual implicará un seguimiento más personalizado por parte de los profesores. Además, se promocionará el aprendizaje a lo largo de toda la vida (Longlife Learning) y hay una clara apuesta por mejorar la calidad de la enseñanza” Cabe preguntarse entonces por las ventajas que supondrá Bolonia para las Universidades de nuestro país. Parece ser que éstas serán muchas y ayudarán a impulsarlas: “Las universidades españolas están adaptando sus “carreras tradicionales” para ofrecer unas titulaciones más acordes con las exigencias del mercado global europeo. Todos los Grados incluyen prácticas en empresas, por lo que todos los alumnos tendrán la posibilidad de conocer el ámbito laboral antes de salir de la universidad. Por otra parte, los alumnos podrán estudiar en varias universidades europeas, lo cual les dará una visión diferente de su realidad que indudablemente les hará crecer como personas” afirma Puente.
En cuanto a desventajas, no hay ninguna en concreto, al menos de momento: “Habrá que esperar un tiempo para evaluar los resultados”. Más responsabilidad para alumnos y profesores
Pero a pesar de las grandes ventajas que supone el Plan Bolonia, parece que éste no agrada a todos los jóvenes universitarios. Verles protestar y manifestándose en contra se ha convertido en algo habitual y que con frecuencia aparece en los telediarios. ¿Por qué se dan estas protestas?
“Creo que de entrada los cambios siempre asustan. Bolonia supone más responsabilidad por parte de los alumnos (se han acabado las clases magistrales y el empollar los exámenes el último día) y también de los profesores, que tendrán que implicarse más en el proceso de aprendizaje. La metodología cambia radicalmente. El nuevo plan implica trabajar en grup, compartir conocimientos, evaluación continua.., sin olvidarnos de las nuevas tecnologías, que todos (profesores y estudiantes) tendrán que aprender a utilizar para su formación”
Algunas críticas ¿fundadas? Las críticas por parte de los jóvenes también surgen porque “las empresas van a entrar a formar parte de las universidades, de manera que cobran más protagonismo las primeras”. Permanece la idea de que las universidades quedan sometidas bajo el yugo del mercado. Pero, ¿hasta qué punto es esto cierto? “Creo que hay un gran desconocimiento en este sentido”, asegura Paloma Puente. “Es responsabilidad de las universidades y de sus respectivos departamentos el diseño de los nuevos planes de estudio. En las Titulaciones Oficiales las empresas facilitarán prácticas a los alumnos que lo deseen y en las Titulaciones Propias, seguirán participando como lo han hecho hasta ahora, mediante programas conjuntos que dotarán de profesionalidad a los ámbitos meramente académicos”. Es decir, que los universitarios no tienen por qué temer a la presencia de empresas que tienen programas conjuntos con la universidad en la que estudian, ya que éstas les dan la posibilidad de realizar prácticas si así lo desean y alimentar un currículum que necesita ir llenándose poco a poco.
Otra crítica que recibe el Plan Bolonia es por el tratamiento que se da a las carreras de Humanidades. La visión que hay sobre este tema es que dichas carreras quedarán suprimidas, pero nada más lejos de la realidad: “Como todo lo que se dice, se rumorea y se comenta, no es cierto que Bolonia acabe con las Humanidades. Las universidades seguirán ofreciendo los Grados de Humanidades, Lingüística, Traducción, Filosofía y todos aquellos que tengan una demanda real por parte de los alumnos. De hecho, cada vez son más las empresas que demandan perfiles humanistas para incorporar a sus equipos”.
Responsabilidad de las universidades
Mientras, la implantación del Plan Bolonia se está llevando a cabo poco a poco y culminará su proceso en 2010. Es oportuno aclarar que son las universidades las únicas responsables del diseño de los nuevosestudios. “Todas las universidades, sin excepción, (pública y privadas) tienen que pasar antes una evaluación exhaustiva de sus nuevas titulaciones. Esta evaluación la lleva a cabo la Agencia Nacional de la Evaluación de la Calidad y la Acreditación (ANECA)” comenta Puente. Por otra parte, la estructura de los estudios se divide en Grado (4 años), Máster (uno o dos años) y Doctorado. Las Universidades, lo mismo que hasta ahora, ofertarán estudios de postgrado y es decisión de cada uno realizarlo o no. En cuanto a los profesores, también tendrán qu adaptarse a grandes cambios. Ahora se les pide más implicación en el aprendizaje de los alumnos, más colaboración con ellos, así como procurar una innovación continua en sus métodos de enseñanza.
(Artículo publicado en “Hacer Familia, Junio de 2009, nº 184)

1 comentario:

PEGASA dijo...

Bueno y los que nos quede que ver. En fin paisano, animo y espero que éstes bien. Un saludo.