jueves, 9 de octubre de 2008

El Frente de Juventudes



Tengo, querido amigo, que salir del camino fácil y meterme de nuevo en contarte más cosas que ocurrieron en mi vida y en la de los que me rodeaban, más o menos lo que se vivía en la España de aquellos años 50 ya…


Casi sin pensar se pasó el bachillerato y se consumió mi preadolescencia. ¿Qué hacía además de estudiar? Bien, pues aparte de jugar en la calle como en otros capítulos te he relatado, aparecen dos nuevos terrenos en los que tuve que entrar, -iba a decir “forzado por las circunstancias”, pero mejor no lo digo, porque hubo total voluntariedad en la decisión- y que fueron el Frente de Juventudes y la Acción Católica. ¿Qué muchachos de aquella época no estuvieron en una u otra institución, o quizá en las dos? Yo creo que pocos… Aparte de los condicionamientos políticos, voy a relatarte que significó en mi vida una y otra institución.


En mi pueblo había una gran casa, que llamaban “Los marines”, a la que yo un día me acerqué movido por la curiosidad y también por el lógico deseo de poder utilizar lo que gratuitamente se me ofrecía. Ahí estaba la sede del Frente de Juventudes, casa dos pisos, con una serie de habitaciones debidamente dispuestas para distintas funciones. Así, había una en la que se encontraba instalada una mesa de ping-pong, en la que se jugaba por riguroso turno; otras para jugar a juegos tales como ajedrez, damas, parchís, etc… Una gran sala que servía tanto para reuniones y charlas, como para la ejecución de distintas tareas, como la redacción, construcción de murales, manualidades, etc., que se organizaban principalmente en las conmemoraciones nacionales más importantes, tales como El Descubrimiento de América, La Primera Vuelta al Mundo, El Día del Libro, La Guerra de la Independencia, etc… así como también en el recuerdo de personajes y gestas históricos importantes acaecidos en nuestra Historia, tales como El Sitio de Sagunto, Numancia, Viriato, Vasco de Gama, el Gran Capitán, El Sitio de Zaragoza, etc., etc.… Se hacía también mención a las distintas gestas de la Guerra Civil y a personajes de la misma, como los episodios del Santuario de la Virgen de la Cabeza, el Alcázar de Toledo, el Día de la Victoria, etc… Las ideas principales que resaltaban entre todas eran las de crear entre la juventud el amor y el servicio a la Patria. No recuerdo que hubiera ningún tipo de adoctrinamiento en otro sentido, ni que en ningún momento se atacara o despreciara a los que perdieron la guerra. Lo cierto fue que todos los niños de mi generación, hijos de uno y otro bando, pasamos por esta institución y más tarde, en el futuro, cada uno siguió su camino sin que, yo creo, fuera influenciado ni poco ni mucho por haber pasado por ella, por vestir o no una camisa azul y una boina roja.


Recuerdo, querido amigo, con bastante cariño mi asistencia a los campamentos de verano; esos días en los que se estaba en contacto con la naturaleza, se vivía el compañerismo, la aventura, las distintas vivencias de las que carecías en el pueblo… Adquirías hábitos de disciplina, de obediencia, de servicio a los demás, de compañerismo, de sacrificio ante las dificultades, de autodominio… Se hacían amigos entre los niños de otros pueblos, que te contaban de su vida, de sus costumbres, fiestas… En resumen, ampliabas el plano de tu formación, distinto al de la familia o la escuela. Poco duró mi paso por el FF.de JJ. porque otra institución entró en mi vida con mucha más fuerza: la Acción Católica. ¿Qué te parece si te lo cuento otro día?
(Reválida de 4º. Foto con mis amigas y compañeras Tere y Cloti)

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