domingo, 12 de octubre de 2008

La Acción Católica (II)



Te contaba en el anterior relato algo sobre el equipo de fútbol de la Acción Católica. Hoy quiero referirte algunas otras cosas y anécdotas sobre esta actividad deportiva que, casi con seguridad, era la única que se practicaba entre la juventud.
El pueblo contaba, por otro lado, con un buen equipo de fútbol senior que solía competir en campeonatos con los pueblos de alrededor, con el consabido aliciente de la rivalidad que, en repetidas ocasiones acababa con batalla campal, sin que llegara la sangre al río.
Creo que a la máxima categoría que llegó fue a Tercera Regional y eran dignos de ver los encuentros que se celebraban en el Estadio San Juan Bautista, no sólo por el espectáculo que se contemplaba en el rectángulo de juego, sino por los distintos modelos de forofos que montaban cada domingo su particular sainete deportivo, como los gritos de Torralba, un señor de gran estatura y voz potente, que exclamaba, cuando el equipo de Navas no hacía buen juego, esta frase:¡¡”Que salgan los Infantileeeeeeeeeeees!!”, como los comentarios del bueno de Segundo, para quien el equipo debería hacer lo mismo que el Real Madrid, como el inquieto de Lendinez, que no paraba de lanzar improperios al juez del línea, al que seguía en todos sus movimientos, como el pacífico Gregorio, que acompañaba con movimientos de su propio cuerpo las distintas peripecias del juego; así él hacía el ademán de rematar de cabeza, de chutar a gol… como si de su colaboración dependiese el lance del juego.
Al pueblo vino una vez un segundo equipo del Real Madrid a jugar un partido benéfico. Aquello fue todo un acontecimiento, pues por entonces fue cuando iban llegando las Copas de Europa y su fama se extendía por todo el mundo.Y me dirás… ¿quién consiguió llevar este equipo a un pequeño pueblo de Jaén, con un terreno de juego de tierra –más piedras que tierra-, sin gradas, con unos vestuarios sin duchas, ni aseos…? Pues mira… mi pueblo tenía por aquellos tiempos varias ganaderías de reses bravas y a los tentaderos de las mismas solían venir muchas figuras del toreo, y otras menos famosas, entre las cuales se encontraba un diestro cuya fama no llegó a trascender, que se llamaba Manolo Navarro. Yo lo ví torear y era una delicia, pero se ve que no tuvo suerte para convertirse en figura. Se daba el caso nada habitual de que este señor también era futbolista –creo que mejor que torero- y llegó a jugar con el primer equipo del Madrid; eso debió ser la causa de que, por medio de algún ganadero, le arrancase la promesa de que el mejor equipo del mundo fuera a mi pueblo para un encuentro, como he dicho, benéfico.
Entre mis fotos familiares he encontrado también la visita que efectuó, para jugar un partido con el equipo de Navas, un portero famoso del Sevilla C.F., suplente del gran Buyo y que se llamaba Manolín. En la foto se le ve junto a mi hermano Diego y a mi primo Pedro.Me ha parecido conveniente haber hecho este paréntesis para hablar del equipo senior, al que con los años se fueron incorporando los que jugaban en nuestro equipo de infantiles.

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